El resurgir del celuloide: Por qué 2025 ha sido el año en que el cine recuperó su grandeza
¿Puede el celuloide salvar la gran pantalla? Según Ryan Coogler, director de Sinners, el 2025 ha sido el año en el que el formato físico ha recuperado su trono. En un vídeo explicativo de diez minutos que ya es historia de Internet, Coogler —respaldado por Kodak y Warner Bros— detalla cómo rodó su última obra utilizando película de 65mm Ultra-Panavision e IMAX, y cómo esta se proyectará en diversos formatos, desde copias digitales hasta las escasísimas y codiciadas copias en 70mm.
Una lección magistral que se volvió viral
Lo que sobre el papel podría haber sido un contenido técnico y denso, acabó convirtiéndose en una clase de cine gratuita impartida por un maestro. Coogler desglosa con una pizarra y un rotulador cómo se capturan las imágenes, el encuadre y la forma en que los distintos tipos de película afectan a la percepción del espectador. La acogida ha sido masiva: el vídeo acumula casi 900.000 visitas en YouTube y millones de interacciones en redes sociales como X.
El impacto ha sido tal que muchos espectadores, tras ver la explicación, han corrido a reservar entradas para formatos específicos. Es el caso de usuarios que confiesan haber cambiado su forma de entender el cine tras experimentar el IMAX de 70mm en lugares como el BFI de Londres. En un momento en el que plataformas como Netflix intentan adquirir gigantes como Warner Bros y la industria aún se recupera de las secuelas de la pandemia, Coogler ha recordado al mundo qué es lo que hace que ir al cine sea una experiencia irrepetible.
El club del celuloide y el peso de los autores
Vanessa Bendetti, responsable de la división cinematográfica de Kodak, admite que el éxito del vídeo fue una sorpresa total. Aunque buscaban una forma de explicar qué significa realmente el “cine en IMAX”, Coogler entregó una pieza grabada en una sola toma que superó cualquier expectativa. Pero no es un caso aislado. El 2025 ha traído una oleada de estrenos donde el formato es el protagonista.
Desde The Brutalist, que recuperó el formato VistaVision y el intermedio en mitad de la película, hasta la última obra de Paul Thomas Anderson, proyectada en solo cuatro salas en todo el mundo en su formato original. Otros nombres propios como Benny Safdie y Dwayne Johnson también se han sumado a esta tendencia con The Smashing Machine, donde utilizan desde VHS hasta 16mm para narrar la vida de Mark Kerr. Esta apuesta por lo tangible viene impulsada por un grupo de directores —Nolan, Tarantino o Anderson— que han convertido el formato físico en una seña de identidad y un evento cultural, algo que ya se atisbó con el fenómeno de Oppenheimer hace un par de años.
Pandora y el dominio absoluto de la gran pantalla
Esta búsqueda de la experiencia total en las salas encuentra su máxima expresión comercial en el regreso de James Cameron. El pasado 19 de diciembre se estrenó Avatar: Fire and Ash, la tercera entrega de la saga, logrando el segundo mejor debut global del año con 345 millones de dólares recaudados en su primer fin de semana. Tras el éxito histórico de las dos entregas anteriores, que ocupan el primer y tercer puesto en la lista de películas más taquilleras de todos los tiempos, Cameron demuestra que el público sigue respondiendo con entusiasmo ante el espectáculo cinematográfico a gran escala.
En esta ocasión, la trama vuelve a situarnos en la luna de Pandora para seguir la lucha de Jake Sully y Neytiri por la supervivencia de su familia frente a la colonización humana. Para Cameron, el secreto del éxito reside en la conexión emocional: los lazos familiares, con sus luces y sus sombras, son el motor de una historia que resuena en cualquier rincón del planeta.
La necesidad de concentrarse en un mundo multitarea
Uno de los puntos más comentados de la nueva entrega de Avatar es su duración, que alcanza las 3 horas y 15 minutos. Ante las críticas por el metraje, el propio James Cameron defiende la experiencia de las salas como un refugio. En un mundo donde vivimos rodeados de pantallas, haciendo mil cosas a la vez, el director sostiene que el ser humano anhela momentos de enfoque total, y eso es precisamente lo que ofrece el cine.
El reparto, encabezado por Sam Worthington y Zoe Saldaña, cuenta de nuevo con Sigourney Weaver, Stephen Lang y Kate Winslet, además de la incorporación de Oona Chaplin como la antagonista Varang. Saldaña ha compartido recientemente la emoción que siente al ver la reacción del público después de años de trabajo en el proyecto. Esa sensación de ver que la historia “aterriza” y resuena en la audiencia es, en sus palabras, lo más gratificante de formar parte de este renacimiento de la experiencia cinematográfica pura.