Del fervor religioso al lenguaje explícito: cómo HBO y “The Chosen” redefinen la ficción televisiva
El panorama televisivo actual ofrece un espectro de contenidos más amplio que nunca, abarcando desde producciones históricas de gran presupuesto hasta dramas crudos que redefinieron los límites del lenguaje. Esta evolución, impulsada en gran medida por la llegada de la televisión por cable en los años 90, ha permitido que coexistan narrativas que antes se consideraban imposibles de producir para la pequeña pantalla, mostrando tanto lo sagrado como lo profano.
Una nueva visión de la historia sagrada
Un ejemplo notable de la nueva narrativa seriada es “The Chosen” (Los Elegidos). Por primera vez, la vida de Jesús de Nazaret se presenta en un formato de varias temporadas, financiado en gran parte mediante crowdfunding, lo que lo convierte en el proyecto audiovisual de este tipo más grande hasta la fecha.
Dirigida por Dallas Jenkins, la serie, que comenzó en 2019, se aleja de la épica tradicional para ofrecer una visión más íntima y humana. Se centra en el contexto histórico de los Evangelios y en personajes clave como Pedro, Nicodemo, María Magdalena y Mateo, explorando el ministerio de una de las figuras más influyentes de la historia con un enfoque renovado y auténtico. Actualmente, la producción estadounidense sigue en emisión, sumando 5 temporadas y 40 episodios.
La revolución del lenguaje explícito
En el extremo opuesto de este espectro creativo se encuentra la revolución que supuso la televisión por cable, especialmente canales como HBO. Estos canales eliminaron las restricciones históricas de las cadenas generalistas estadounidenses, introduciendo un nivel de lenguaje explícito que antes estaba reservado casi exclusivamente al cine. Esta nueva libertad dio lugar a series que no dudaron en utilizar la profanidad de forma masiva, a veces superando los niveles vistos en películas de Quentin Tarantino o David Mamet.
Los pesos pesados de la profanidad televisiva
Establecer un ranking definitivo de la serie más profana es complicado. A diferencia del cine, donde títulos como Uncut Gems o El lobo de Wall Street son fáciles de medir, contar los insultos en temporadas enteras de televisión es una tarea ingente. Por tanto, la notoriedad de ciertas series se basa a menudo en una combinación de cantidad, memorabilidad e impacto cultural.
En esta área, HBO domina claramente. “Los Soprano” (1999-2007) es quizás el primer referente para el público. Aunque inspirada en el cine de gánsteres de Scorsese, la serie estableció su propio lenguaje crudo y realista, reflejando el habla de los personajes involucrados en el crimen organizado.
Poco después, “The Wire” (2002-2008) llevó el uso del lenguaje a un nivel artístico. Es célebre su escena en la que dos detectives investigan la escena de un crimen comunicándose únicamente con variaciones de la palabra “joder” (“fuck”), demostrando la versatilidad de la profanidad dentro de la narrativa.
“Deadwood” (2004-2006) trasladó esta crudeza al Salvaje Oeste. Sus creadores tomaron la decisión consciente de usar lenguaje moderno y explícito, argumentando que la jerga históricamente precisa no tendría el mismo impacto en la audiencia actual. El resultado fue un diálogo casi poético en su vulgaridad, destacando especialmente el personaje de Al Swearengen.
Fuera de HBO, “South Park” (1997-) representa un caso único. La serie de Comedy Central, que inicialmente censuraba las palabrotas, utilizó la censura y su eventual eliminación como herramientas cómicas. Un hito fue el episodio de 2001 “It Hits the Fan”, donde la palabra “mierda” (“shit”) se usó 162 veces sin censura para satirizar los pánicos morales sobre el lenguaje en televisión.